Gobierno de Trump revoca a Harvard permiso para inscribir estudiantes internacionales

El gobierno de Donald Trump revocó la autorización de la Universidad de Harvard para inscribir estudiantes internacionales, en medio de una creciente confrontación con la institución por temas legales, ideológicos y administrativos.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) notificó a Harvard sobre la revocación inmediata de su certificación en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP), lo que impide a la universidad patrocinar visas para alumnos extranjeros. Esta medida afecta tanto a los nuevos aspirantes como a quienes ya cursan estudios, quienes deberán transferirse a otras universidades o perderán su estatus legal en Estados Unidos.

El DHS tomó esta decisión tras una disputa con la universidad por la legalidad de una solicitud de registros en el marco de una investigación federal. En paralelo, el gobierno acusó a Harvard de crear un entorno inseguro al permitir expresiones de antisemitismo, limitar la libertad de expresión y aplicar políticas excesivas de inclusión sexual y racial. Además, señaló sin pruebas una supuesta coordinación entre la universidad y el Partido Comunista chino.

Harvard alberga actualmente a cerca de 6 mil 800 estudiantes internacionales, lo que representa el 27% de su matrícula total. En 2010, este porcentaje era de 19.7%. La mayoría de estos alumnos cursa estudios de posgrado y proviene de más de cien países. La decisión del gobierno compromete gravemente el carácter global de la institución.

Tras política de Trump, Harvard tendrá repercusiones económicas

También impacta sus finanzas. La matrícula anual alcanza los 59 mil 320 dólares, mientras que los costos totales, incluyendo alojamiento y alimentación, rozan los 87 mil dólares. Los estudiantes internacionales suelen cubrir una mayor parte de estos costos, lo que representa una fuente clave de ingresos para la universidad.

Harvard ya había demandado al gobierno el mes pasado por intentar modificar su currículo, sus políticas de admisión y sus procesos de contratación. Ahora, la universidad podría iniciar un nuevo proceso legal.

La administración Trump, por su parte, reiteró que inscribir estudiantes extranjeros constituye un privilegio, no un derecho, y advirtió que otras universidades podrían enfrentar consecuencias similares si no cumplen con los requisitos federales.